Dirige a tus hijos por el camino correcto, y cuando sean mayores, no lo abandonarán. Proverbios 22:6 NTV
La Reforma protestante, más allá de un movimiento en la esfera eclesiástica y religiosa, fue una renovación en la manera de pensar; un avivamiento en todas las áreas de la vida donde el referente y epicentro de vida, devoción, trabajo y vocación fue la Palabra de Dios. Las mentes fueron iluminadas por la verdad del evangelio y liberadas del fanatismo, de las supersticiones y del engaño. La fe cristiana de ninguna manera es una fe ciega ni un llamado a apagar la razón, sino una obra redentora del ser total; cuerpo y mente, obras y pensamiento. De allí el cuidado intencional que se imprimió en promover la educación; la alfabetización, la academia, la investigación y la ciencia, pues la redención que nos es dada en Cristo opera en todos los ámbitos del ser humano a partir de una “renovación del entendimiento” para la renovación de la humanidad conformada ahora a la imagen de Cristo.
Hoy en día nos es necesario retomar ese cuidado por la educación de niños y jóvenes, y no dejar en manos de una sociedad secular la formación de las mentalidades de las nuevas generaciones. / Pbro. Fancisco Limón
“Cuando prosperan las escuelas, todo prospera”
- Martín Lutero.
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